viernes, 20 de mayo de 2016

Simplezas.

Los momentos que hay ahora son los más dulces,
y no se puede negar porque sé dentro mío
que los maravillosos días que tengo ahora
no se pueden comparar si miramos atrás.

Son demasiados atardeceres los que voy coleccionando contigo,
Paisajes y escenas que guardo y que me esfuerzo en guardar
dentro una mirada tierna que no tiene dueño y que persigo
porque siento que sin ella no puedo respirar.

Es todo un conjunto de cosas sencillas...
Me alimento de la delicadeza y poder de nuestros pequeños detalles;
las abrazo a mi pecho y me deslumbro sola
cuando las saco de la memoria y comienzo a recordar.

Son todos esos días en que no encajamos pero recordamos nuestras intenciones,
y en que un niño jugó con ambos y no podíamos parar de reír y correr por allí.

Es él y todas esas cosas que se suelen columpiar en la punta de sus pestañas enrolladas.
Es una tarde de lluvia en que salí a mojarme y en donde de pronto
me vi sorprendida cuando me llegó a visitar con un frappé.

Soy yo poniéndome pesimista cuando todo parece un castigo,
y es él que en cuanto lo nota me distrae y me hace regresar.
Es esa vez que se nos ocurrió cocinar pescado
habiéndolo ninguno jamás cocinado
y resultó siendo un almuerzo espectacular.

Demasiadas cosas tiernas caminan por sus venas,
demasiadas cosas simples que no se pueden valorar con ningun precio.

No han sido los días los que han sido perfectos,
se ha tratado sólo de saber apreciar e improvisar.


...

Pestañas de algodón de azúcar y cítrico,
así,
toda una contradicción que lleva en cada paso que da...
cabellos de olas y mares interminables,
estrellas fugaces son sus pensamientos inocentes,
simplezas y delicadeza que a mí me hacen volar.