Tu oxígeno.

Pero sorprendí en mí un sentimiento totalmente nuevo, conmovedor a tales puntos, ¿por qué de pronto estaba viendo con tanta ternura el trazo imperfecto del recorrido de tu nariz? ¿por qué estaba agradeciendo de la nada a ese órgano tan diminuto tuyo el que te dotara de tu fuente para vivir?

Jamás pude respirar igual

Usted merece más, mucho más que un simple conjunto de letras.
Usted merece más que los minutos de mi pensamiento al día. Usted merece más.
¿Cómo puedo darle todo lo que quiero si al momento de pensarlo me caen como rocas pensamientos de mi realidad? No estoy loca, no es un juego, es simplemente que en verdad lo quiero.
Es que usted me ha cambiado la mirada y la mente y la vida y usted ni siquiera se ha dado cuenta.
Es que mis horas pasan tan turbadas desde el día en que me escribió por vez primera.

Míreme, se lo ruego. Esto que usted ve es la cosa más sincera que tengo. La cosa más sincera que jamás he concebido y sin embargo la que no pude alcanzar. Desearía que fuera en un mundo alterno. Desearía poder haber liberado todos mis sentimientos tal cual fueron cayendo, pero ¿es que acaso tenían que suceder así todas las cosas? Que ha llegado usted en muy mal momento. Que fue justo cuando todas las olas chocaban contra las rocas que apareció su barco y lo divisé a lo lejos, y fue profunda mi esperanza y fue todo mi corazón sofocado por su presencia, y a la primer nota que decidió enviarme en su botella, jamás pude respirar igual.
No creo que se me pueda entender jamás desde esta perspectiva en la que me encuentro, porque ni yo misma me comprendo ni sé qué hacer. Lo que sé es que hoy me encuentro en medio de este dilema sin final.
Olas o barco. Mar o madera. Ternura o usted.

Mi torre

¿No te cansa que de vez en cuando las nubes bajen y te rocen y te muestren su belleza y te hielen y te eleven y hagan contigo lo que quieren y después se van?
Bajan y suben. Bajan y suben y yo espero. Un día abrí mis ojos y estaba en esta torre, "me queda el consuelo de ver las montañas", me dije, pero ¡vamos! ¿acaso necesito engañarme a mí misma? ¿es que no es evidente que eres tú, que es a ti al que espero?

Apuesto mi vida a que esas montañas que alcanzan a ver mis ojos, las verían mejor mis brazos si en ellos te tengo.

Lo que importa de ti

Lo importante no es lo que sabes, sino lo que haces con lo que sabes.
Lo importante no son tus manos, sino lo que haces con ellas.
Lo importante no son tus ojos, sino lo que ves.
Lo importante no son tus pies, sino los caminos que con ellos recorres.
Lo importante no es el físico o condición económica, porque eso tú no lo escogiste.
Lo importante no es lo que eres, lo importante es lo que das, lo que haces, lo que creas, porque eso sí lo elegiste tú.

Mamá

Tú no dices "mamá" como decir cualquier cosa, como decir comida, aire, sol, o luna. Tú piensas "mamá" y lo primero que piensas es en algo que tienes la certeza que será eterno, piensas en lo más puro, en lo más tierno, piensas que son reales todas esas cosas de amor verdadero; piensas en apoyo, en perdón, en bondad. Te enfermas y lo primero que pasa por tu mente es "mamá", te rompen el corazón y sólo quieres su abrazo. Tú piensas en ella e instantáneamente piensas en que así es como Dios logra tocarte con su cariño y amor: con tu mamá. Y piensas: así es como lo logra, así logra mayormente estar en todos lados, por nuestras mamás. Tu piensas en ella y lo sientes: ella es el amor de tu vida. Todo eso sucede cuando dices "Mamá".

Señales.

Habrá que ser ingenuos para pensar que nosotros seremos la excepción y sentarnos a esperar.
Habrá que ser iluso para creer que a uno sí le llegará la señal que espera, que "Dios mostrará el camino", que no seremos como el resto de personas que también pidieron en oraciones saber qué camino elegir y se mantuvieron esperando y se dejaron llevar por la corriente en lo que eso sucedía. Eso somos, peces inmóviles que son arrastrados por el río.
Hay que ser muy ciegos para pensar que somos más que alguien, que nadie puede ser mejor que nosotros. Es que la vida no se trata de ser mejor, o superior; eso no está ni cerca del objetivo de vivir.
Hacer lo que nos apasiona y por medio de eso tocar vidas y servir a cuantos podamos, dar lo mejor de nosotros.
Es que las señales que oramos por recibir, ya llegaron, y son esas las que nos movieron a orar.
Es que no se trata de que vaya a aparecer en el cielo grabado con estrellas el camino, un "Sí" o un "no" o el nombre de alguien. Es que debemos pedir hacer lo correcto y hacerlo con sabiduría, sentarnos a tomar la decisión, y hacer de una buena vez las cosas.
Hay que ser ingenuo para seguir esperando lo que ya llegó.

Agua.

Cesan las tormentas, cesan hoy las lluvias,
ya perdí las gotas, no queda nada más.
Como nube se evapora el agua que solía recorrerme
debajo de esta piel donde no sé qué quedará.

Si mi cuerpo lo conformaba más agua que ningún otro elemento,
en qué lugar me encuentro si no la tengo más.
Solían despertarme y revivirme tantos huracanes dentro,
solía sonreír cuando escuchaba que empezaba a tronar.

Te me escapas, agua, y yo te necesito,
lo sé porque solía sentir tu presencia en mi interior brillar,
lo sé porque aunque no solía jugar tanto contigo últimamente,
veo las olas y la lluvia y no puedo evitar suspirar.

Cesas tú, de recorrer el dentro mío,
finalmente te elevas, finalmente te vas.

El mejor regalo

¿Qué tipo de amor merece que no se luche por él con todo el corazón? Ningún sentimiento lindo merece nacer en medio de tanta debilidad.

"Todo mi silencio con todo mi amor."

Desapercibido

Eras tú, lo estuvieron gritando las hojas esa tarde en que sonreímos tanto bajo la luz del medio día,

lo llevaban escrito las piedras que el río que nos acompañó arrastraba con tanta fuerza,

eras tú, no se podía haber equivocado tanto el alma cuando imaginaba que a través de mi piel se palpaba la tuya.

Eras tú y se lo decía a gritos tu corazón al mío cuando me hablaba más de ti y resultaba que parecía como si a mí misma describiera.

Eras tú que con los años me alcanzaste, que en este punto del universo me encontraste...

yo jamás de tus brazos me solté.

Historia de un río

Yo lo quería y no hacía otra cosa que pensar en él y en esa tarde que pasamos junto al río. Todo nos fluía, aquel sentimiento de siglos nos desbordaba y caía y hacía magia con cada sonido como queriendo quedarse grabado en el oído, y se alcanzaba a ver todo lo que estaba dentro porque todo era puro y porque todo fue eterno.
Podíamos morir y no importaba porque seguíamos vivos, tatuados en aquel río.
(Desde instagram @lucie_rnaga)