Alcanzo a ver la silueta de la sierra desde mi ventana;
verde toda,
llena de vida.
Está muy cerca en realidad,
A mi alcance.
Aun así,
no sé si algún día tendré el tiempo suficiente para ir hacia
ella
y andar por allí como desearía.
Hay tanto que hacer en el día a día,
que se pasan los días con prisas y
así la vida.
Me pregunto si allá siempre se nubla por las tardes,
o si pueden contarse más atardeceres naranjas que desde donde estoy
ahora.
Me pregunto si yo viviré siempre bajo este cielo nublado,
y pasaré todos
los atardeceres escuchando la lluvia e imaginando
los colores del cielo que existen detrás.