jueves, 31 de marzo de 2016

Mío

Es lindo cuando te imagino, cuando te recuerdo. Lindo tener todas tus partes y construirte a mi lado cuando lo deseo.
Lindo saber que cuento contigo; que si olvido quién soy, tú me lo recuerdes.
Lindo haberte conocido y llevarte en mi memoria por siempre; que colorees mis mañanas y mis tardes con tu gracia y con tu buen sentido del humor; saber que sonreirías si de pronto me distraigo de nuevo; que pasen las horas y en mi mente estés siempre dispuesto. Es lindo.
Demasiado lindo y atinado fue haberte hecho espacio en mi cabeza, poder recorrer el mundo contigo aquí fuera o allí dentro, si así lo quiero.
Qué cosas tan lindas las de la memoria y el intelecto, no importa que tan lejos o por cuánto tiempo no te hayan podido ver mis ojos, si los cierro, tú siempre estás.

viernes, 4 de marzo de 2016

Tengo 25 y no tengo nada.

Más bien, a esta edad, a la edad en que un día de niños creímos que estaríamos casados, formando un hogar... no.
No seríamos esas personas desconocidas que imaginábamos, nos quedaríamos siendo esos niños pero con más pensamientos, más caídas, en ocasiones con menos espontaneidad, y ahora con más crudeza vista, pero con más fuerza y experiencia para volverse a levantar.

A esta edad sólo rompemos esquemas, se nos caen los murales de todo aquello que habíamos construido; casi cada cosa que sucede nos sorprende y nos cambia las reglas. Nos damos cuenta de que estamos parados en arena movediza y siempre cambia; a veces es cálida pero otras fría, a veces nos absorbe y otras nos levanta alto, muy alto.

Está claro: el cambio es bueno, la lluvia es cálida, la soledad nos abraza. Teníamos todo muy bien calculado pero, algo pequeño sucede y notamos que nunca se termina de entender a la vida; y caemos en cuenta que de nadie estamos seguros, ni siquiera de nosotros, porque también cambiamos.

No porque alguien diga que lo que hacemos no tiene sentido será así; la verdad universal no existe. Nadie ve con nuestros ojos y ningún otro corazón se ha oprimido igual que el nuestro. Podemos verlo: esa que nos parecía inalcanzable depende de nosotros, de nuestras manos y nuestra valentía; así hablemos de amor, familia o sociedad, que más bien son lo mismo.