martes, 16 de septiembre de 2014

Días de septiembre

Los días aquí están muy quietos, no se muestra mucho el sol y tampoco juegan niños en las aceras ni las calles. Algunos días me parece escuchar muchos alegres pájaros cantar, pero no es de siempre.
Las flores escasean y la lluvia todo lo contrario, cae y cae la mayoría de mis noches.
En realidad no tengo nada contra estos días, la verdad es que es todo lo contrario, me encantan; las nubes, el frío, lo fresco y la humedad; cómo no amar la lluvia. Siempre he pensado que no hay nada más delicioso que dormir mientras afuera llueve y que no hay nada más cercano a un abrazo fuerte que dejarse mojar por una lluvia torrencial. Y lo divertido que es ver cómo los adultos huyen  mientras los niños corren con su gran sonrisa de invencibles y juegan y salpican sin parar.
Sin embargo lo que más me gusta de pensar en este clima, mi parte favorita de él, es la idea de permanecer al lado de alguien en silencio, caminar y que los sorprenda una brisa, leer juntos un libro en un café o junto a un árbol...

El frío abraza, el frío encierra, el frío acrecenta las ganas tan grandes de abrazar, de compartir, de amar.
Sin embargo estos días no los disfruto, no me gustan y es que hace mucho que recorro calles sin buscar ningún lugar.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Tú y yo.

Tú y yo vamos a estar.
Y caminaremos por verdes prados, debajo de todos esos árboles con sus largas y altas copas. Tú recogerás algunas flores y me las entregarás con la esperanza de que las conserve junto al recuerdo de esos días. Y a veces caminaremos hablando de cosas importantes mientras que otras sólo será de tonterías, pero ambos estaremos para escuchar. Y el cielo nos brindará sombra con sus nubes, y el viento nos refrescará suavemente, y entonces, sostendrás mi mano para cruzar algún río, y entretanto, yo mantendré en mi mente aquella canción con la que siempre te pienso.
Y así será siempre. Andaremos dichosos por los lugares del mundo que nos abran los brazos, y en cada paso que demos seremos siempre tú y yo, y no nos cansaremos de reír, de compartir, de broncearnos la piel y de poder respirar.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Finado amigo.

No es que alguien no merezca algo de nosotros, sería vanidoso creer que alguien es merecedor de algo nuestro... es, más bien que alguien pierde belleza ante nuestros ojos, que alguien pierde la luz que antes creímos que nos alumbraba. Entonces se pierden detalles, se pierde cariño, se pierde amistad.

Cada persona es responsable de estar rodeado de verdaderas amistades o de muy falsas; de personas que le ayudan a ser mejor, o que le arrastran al contrario.

Duele algo dentro cuando depositamos esperanza en alguien que un día vimos tan especial, y descubrimos que era una relación para mal. Y no es que uno quiera, pero entonces, poco a poco, esa persona nos va haciendo a un lado, y luego no hay emoción cuando nos habla, no hay alegría con los rastros de sus muestras de cariño, y al igual que alguna flor en algún lugar del mundo... la amistad se ha secado... dejó de ser.