La música sigue sonando, nunca se detiene en realidad;
pase lo que pase, pierdas lo que pierdas;
llores, rías o no quieras ni salir de cama,
tú serás siempre jalado hacia adelante.
La música siempre está.
A veces fluye con manos torpes, golpeándose contra las teclas del piano,
a veces con manos ligerísimas que se apoyan suavemente en las blanquinegras teclas, como quien acaricia a su amor.
A veces con tonadas frías y otras, trayendo esperanza y decorando los caminos.
Sigue sonando aunque pensemos por un momento que todo se estancaría.
Seguirá sonando;
y allí estarás tú, abriendo más los oídos,
adaptándote a sus ritmos y tonadas.
Quién sabe lo que la música nos traerá,
¿no es eso emocionante?
Aquí va una canción para ti.
Te quiero, lector.
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