Resulta que parece que, mientras más delimitada mantengas la extensión del suelo que pisas, más egocéntrico te vas a volver.
Esa es la parte más hermosa de viajar: darte cuenta de todos los infinitos mundos que hay fuera de tu cabeza; de las colectividades, el pasado, los genios que han vivido y pisado el mismo suelo donde estás parado; ver más allá de ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario