Se adora a una estrella porque de cerca no se le ve;
porque es inalcanzable, amasable, alterable, discutible a nuestro antojo.
Qué oportunidad tan grande para imaginarnos su tamaño, su contenido, su superficie; y la manera en la que hace el café.
Fácil es rellenar los espacios vacíos de las cosas que ignoramos sobre ella
como fácil se imagina que una línea curva forma parte de un ojo, un tronco, o de un arcoiris.
Los hombres somos excelentes para imaginar, para armar y desarmar según nuestro ánimo,
para poner en ella las cualidades que en nosotros queremos o que tenemos y no notamos...
porque en la distancia se la tiene.
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