Espuma de agua y sal,
flores perfumadas con lo que ayer viví,
densa bruma y humedad
que corren sin prisa detrás de ti.
Se puede decir que a esta hora quizás
las cosas añejas vuelven aquí
como estrellas fugaces que en su raudal
corren presurosas hasta ti.
Asumo en consecuencia que tú
vas abriéndote paso por allí
entre trigales y charcos y quizás
llevas contigo alguna que otra parte de mí.
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