Abro las ventanas grandes y la luz corre hacia adentro como diciendo "¡por fin!".
Siento y disfruto el olor del pan saliendo de los grandes hornos en la panadería de enfrente;
escucho los ladridos de los cachorros de la veterinaria,
veo los carros que pasan sin prisa a sus destinos habituales.
Un despertar completo para los sentidos.
Los dejo disfrutar,
los dejo inundarse,
hacer que me recuerden todo lo bueno, todo lo lindo;
entonces sonrío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario